Cuando hablamos de intelectuales; generalmente, creemos tener una idea clara y distinta al respecto; saber sobre qué y quién estamos hablando. Incluso podríamos señalar con el dedo a alguien y decir 'Allí hay un intelectual' o 'Aquí yace uno que fue intelectual'. Generalmente éste título (el de intelectual) va acompañado un cierto renombre que causa; a la vez, reverencia y repulsión. Hablan los intelectuales aquí y allá, se les venera por acá y se les odia por allá. Miembros de un grupo llaman intelectual a uno; otros le dicen charlatán y aseveran que un intelectual es este otro. ¿Qué tan difícil es saber qué y quién es un intelectual? La cosa se complica aún más cuando la pregunta ya no es por quién es intelectual sino cuál es la actividad de un intelectual. Mientras unos dicen que intelectual es aquel que se abstrae del mundo para sentarse a pensar y tratar de explicar lo que pasa en él, solucionar problemas y servir de apoyo al Estado y la sociedad, otros insisten en que el intelectual no es de ninguna manera el que se abstrae; sino el que es un miembro activo dentro de la sociedad; un activista del corte de Sartre. Afortunadamente el concepto 'intelectual' es nuevo; y a diferencia de otros conceptos, más abstractos, sus orígenes se pueden rastrear fácilmente y hacerlo probablemente resuelva muchas de nuestras dudas.
L'affaire Dreyfus.
En 1894 el Capitán Alfred Dreyfus del Ejercito Francés es acusado de haber entregado a los alemanes documentos secretos del Ejército Francés. Un tribunal militar le condenó a ser desterrado y prisión perpetua en la colonia penal de 'Île du Diable'1. Esto no tendría mayor trascendencia; de no ser porque el Capitán Dreyfus era inocente. Su familia echó manos a la obra e investigaron, junto con el periodista Bernard Lazare, el caso. A la vez el coronel Georges Picquart comprobó, cerca de Marzo de 1896, que el verdadero traidor había sido el comandante Ferdinan Walsin Esterhazy. Sin embargo el Estado Mayor se negó a reconsiderar su decisión sobre el caso Dreyfus; además de sacar a Picquart de Francia enviándolo al norte de África. ¿Por qué L'État-Major se negó a reconsiderar el veredicto sobre el Capitán Dreyfus?
Meses antes del juicio la prensa había abierto una campaña de convencimiento dirigida a la opinión pública. Era obvio que Dreyfus habría de ser declarado culpable; decían algunas publicaciones como La croix, L'Autorité, La Libre Parole, Le temps et Le journal. ¿Por qué esta saña de la prensa contra el pobre Capitán Dreyfus? El Cápitan Dreyfus lo tenía todo en su contra. La Troisième République vivía un resurgimiento, casi viral, del antisemitismo y el nacionalismo. Las ideas antisemistas se diseminaban vía publicaciones ultra-católicas y nacionalistas como los ya mencionados Le Croix, L'Éclair, Le Petit Journal y el libro La France juive de Édouard Drumont. La opinión popular estaba muy cargada hacia un lado; no habría gran revuelo en la sentencia de exilio hacia Dreyfus.
J'Acusse...! Lettre au Président de la République et Le Manifeste des Intellectuels.
Para el 13 de enero la opinión pública seguía cargada hacía un lado; la culpabilidad de Dreyfus era evidente; pocos estaban en contra de su sentencia, sin embargo ese día todo cambiaría. La mañana del 13 de eberi L'Aurore, un periódico fundado por el republicano Ernest Vaughan, publicó una carta abierta de Émile Zola a Monsieur Félix Faure (Presidente de La República). La carta titulada J'accuse tenía un tono bastante retador y cuestionaba las acciones del Estado respecto al affaire Dreyfus. El 15 de enero Le Temps publica una petición para la revisión del proceso de Dreyfus; la cual iba firmada por Émile Zola, Anatole France2, Émile Duclaux3, Daniel Halévy4, Fernand Gregh5. Féliz Fénéon6, Marcel Proust7, Lucien Herr8, Émil Durkheim, etc. El 23 de Febrero en L'Aurore Clemenceau declara que lo que se estaba viviendo era « une pacifique révolte de l'esprit français »; además usa por primera vez de manera positiva el termino « intellectuels ». Esto logra darle un giro total al affaire Dreyfus. El debate se reaviva; la gente empieza a involucrarse, de hecho la República entra en crisis; la sociedad se fragmente. Aparecen los Dreyfusards y los antidreyfusards; su enfrentamiento alcanza la mayoría de los espacios de la vida social en Francia. Después de algunos incidentes escandalosos; se revisa la sentencia, Dreyfus es finalmente absuelto y el 13 de julio de 1906 se reintegra parcialmente al ejército francés. Los intelectuales tuvieron un papel activo e importantísimo para que se lograra ésto; ellos se encargaron de mover influencias y gente a favor de la causa justa.
Es a partir de éste momento en que se asocia un cierto renombre y poder al intelectual. Poder de enunciar la verdad y poder de dar consciencia a la población, poder de ayudarle a ver allá en dónde ellos no son capaces. Aquí tenemos el contexto en el que emerge el concepto de 'intelectual' y sin embargo ¿Deberíamos pensar que la figura del intelectual es totalmente nueva? Desde luego que no; es durante el affaire Dreyfus que toma nombre pero esta era una práctica ya común entre los filósofos y hombres de letras ingleses y franceses del periodo conocido como la ilustración.9
Tomando en cuenta estos antecedentes; los de los filósofos y hombres de letras de la ilustración, y el activismo de los intelectuales durante el affaire Dreyfus; podemos aventurar una hipótesis sobre qué es y quién un intelectual: Son los intelectuales aquellos que, usando su autoridad y renombre en el mundo de la cultura y las artes, apoyan a las causas justas, hacen aparecer la verdad en boca de quienes antes no la podían ver, no la tenían y, sobre todo, instruyen a las masas en esa verdad liberadora. Generalmente de izquierdas, estos intelectuales están del lado del pueblo; y su discurso es un intermediario entre aquellos que detentan el poder y los que carecen de él.
¿Entonces qué pasa con aquellos intelectuales que no cumplen ese papel, cómo por ejemplo José Vasconcelos, Fouché, Enrique Krauze, Milton Friedman y Thomas Malthus?
1Para darnos una idea sobre qué clase de lugar estamos hablando vale la pena la revisión de la novela descrita por Clément Duval en 'Papillon' . Duval, de hecho, permaneció en l'île du Diable por 14 años (1887-1901) e intentó escapar 20 veces. La descripción que da Duval sobre la isla es bastante esclarecedora: 'Uno de los barrios bajos de Sodoma, construida en la sombra de la bienintencionada burgesía de la Tercera República, un tributo a su modesta moralidad y su positiva ciencia penal'.
2Premio Nobel de literatura 1921.
3Director de L'institut Pasteur.
4Historiador y ensayista.
5Poeta; miembro de La Academia Francesa.
6Periodista y ensayista.
7Autor de 'La búsqueda del tiempo perdido'.
8Pionero del socialismo francés.
9Podríamos mencionar como buen ejemplo el activismo intelectual de Hume.
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