Descartes, Malebranche y Spinoza: ¿Cuáles eran sus opiniones respecto de la moral, la ética y la política?
Josué Castillo
La filosofía de Descartes tiene siempre, de manifiesto, un interés muy marcado por la epistemología. Descartes inicia, con la duda, sus investigaciones sobre el Yo, Dios y el mundo. Él siempre se tuvo que mover en el campo abstracto de las ideas. Sólo es importante, para él, el conocimiento de la verdad mientras que la vida del hombre concreto, la práctica social queda, casi siempre, fuera de la reflexión cartesiana y, de hecho, indica que es mejor no aplicar el método a las leyes, usos y costumbres de los regímenes políticos, sociales y religiosos.
En este momento vemos como el racionalismo no conlleva, supuestamente, ningún peligro para régimen alguno. Pareciera que Descartes aboga por que solo nos dejen filosofar y que esto, supuestamente, no conllevará ninguna riesgo para el orden establecido. Esto da lugar a que aparezcan apologetas de los usos y costumbres populares que se hagan llamar racionalistas. Sin embargo, el racionalismo puede funcionar también como un caballo de Troya que entra en las universidades, liceos y librerías que, generalmente, permanece en latencia hasta que de repente se manifiesta en ciertos textos y filósofos.
Hablemos ahora, de forma breve[1], del teólogo Malebranche. Él, el teólogo, Malebranche. Lleva una fuerte carga de lo que García Borrón llama nostalgia religioso-mística que impulsó al teólogo a querer encontrar en la razón confirmación, y a la vez una aclaración de las verdades de fe. Así todos sus esfuerzos van encausados a recuperar nuestra pureza anterior a, la supuesta, caída en el pecado original.
En cuanto las opiniones de Malebranche en cuanto a la política y la moral Malebranche, según García Borrón, diría que a menudo debemos conformarnos con menos (evidencia), porque nos urge actuar aunque no dispongamos de certezas. La moral, en Malebranche, está sujeta a la religión.
En cuanto a Religión, no creo que sea necesario decirlo ni difícil imaginárselo pero el teólogo Malebranche insiste en que debemos atenernos a la autoridad, pues para ser cristiano hay que creer ciegamente.
Pasemos ahora a dar una revisión breve[2] a las ideas de Spinoza, quien a diferencia de Descartes y el teólogo antes mencionado si tiene un interés en la vida práctica. Así vemos que Spinoza se toma su tiempo para meditar respecto de la religión. Para esta empresa, Spinoza, se apoya en la luz del entendimiento natural y, a través de ella, estudia el antiguo y el nuevo testamento, al igual que la historia del estado y el pueblo hebreo. Así, mediante el uso de la luz natural de la razón, llega a la conclusión de que la religión no es más que una herramienta de sujeción y obediencia que va contra Dios[3]. ¿Cómo entender esta conclusión, cómo puede ir la religión contra Dios? Simple, Spinoza hace de Dios substancia única con dos atributos, extensión infinita y pensamiento, inmanente y que se expresa en modos infinitos que son la totalidad de las cosas. Luego, Dios es un ser impersonal… Dios es toda la Naturaleza, Dios es el orden natural incorruptible.
La ética es pues el conocimiento mediante la luz natural del entendimiento de un modo de vida que nos acerque a Dios. Es decir, que nos acerque a un modo de vida que esté en armonía con la naturaleza. Así, Spinoza, más que hablar de bien y mal habla de acciones adecuadas e inadecuadas para conseguir ese modo de vida que es la virtud suprema.[4]
En cuanto a la política mencionaremos que Spinoza tiene una noción de contrato que vale la pena estudiar, sin embargo por problema de extensión diremos que, al final, en la teoría de Spinoza, el buen estado es aquel en el que se puede pensar y creer en lo que sea y poder decirlo, además es aquel que propone a sus ciudadanos un amor a la libertad, más bien que la esperanza o recompensa. Pues es a los esclavos y no a los hombres libres a los que se recompensa por su buena conducta.
[1] Más por desprecio que por desconocimiento.
[2] Pues este ejercicio calibrado de escritura exige una extensión determinada.
[3] Argumentación que se puede encontrar en la primera parte del TTP.
[4] Por razones de extensión no podremos ahondar en los estadios de perfección moral.
3 comentarios:
Josué:
No sólo es interesante el tema que abordas en esta ocasión, sino también el concepto de «ejercicios calibrados», que hasta donde yo sé alude a la unificación de criterios por parte de los profesores —de la misma materia— en la evaluación de los estudiantes a los que atienden.
Supongo que quieres evitar las variaciones en la interpretación de los hechos históricos o, en específico, de lo que habría sido la moral, la ética y la política para Descartes, Malebranche y Spinoza. El problema de la interpretación histórica es que tiende a deformar los hechos cuando critica, no en base a las circunstancias que les toca vivir a los personajes en cuestión, sino en base a las circunstancias que viven terceros; o, peor aún, en base a las circunstancias de la época del crítico, o de las circunstancias presentes.
Para poder estudiar la actitud moral o política de Descartes, por ejemplo, habría que compararlo, no con sus sucesores, sino más bien con sus contemporáneos. Pierre-Daniel Huet tiene 20 años cuando muere Descartes; Blas Pascal 27, Spinoza 18 y Malebranche sólo 12 años. Un verdadero contemporáneo es Gassendi, quien muere 5 años después que Descartes.
¡claro! Hay un problema con la interpretacións histórica por que, por ejemplo, algunos profesores se conforman con decir que a Descartes no le importan la ética ni la política y no toman en cuenta la -posibilidad- de que él no pone atención a ello, QUIZÀ, por el santo oficio que por esas fechas estaba hostigando a Galileo. No es el caso de mi actúal profesora de historia de la filosofía pues ella, muchas veces, insiste en esos detalles. Sin embargo si hay esé problema con la mayoría de los manuales de historia de la filosofía.
Hirschberger, por ejemplo, sólo menciona en su historia que Spinoza es, simplemente, una aberración y que le aplicaron el Kherem por panteísta... son interpretaciones demasiado simplistas... y teleológicas.
En cuanto a lo que me refiero con ejercicios calibrados... Sí, me refiero a eso y a otras clase de prácticas que, me parece, van enfocadas a la anulación de la subjetividad a la hora de la redacción. En el caso de este texto la indicación era que no debía exceder 2 cuartillas, arial 12, interlineado 1.5 y...
¡la única fuente que debíamos consultar era un libro de García Borrón!
uh... son la 1:04am, cerrarán el cyber café. Estando en córdoba termino mi replica.
¡Saludos afectuosos!
Josué:
Aguardaré por ese complemento que anuncias.
En cuanto a la ausencia de una crítica ética-política en Descartes, habría que ver en primer lugar en base a qué se le puede exigir tal desempeño; es decir, hay que estudiar la primera mitad del siglo XVII para determinar las condiciones en que podía darse o no una crítica abierta de tal naturaleza.
El propio Descartes se describe como un hombre práctico. Era un hombre, como diríamos hoy, fiel a las instituciones. ¿Por qué causa, entonces, habría de rebelarse a ellas? Por otro lado, su concepción de que la existencia proviene de las ideas de Dios, podría explicar tal vez su exclusiva preocupación por las matemáticas y su interés en ganar un espacio de libertad solamente en la duda y la reflexión.
Las circunstancias cambiarán en la segunda mitad del siglo XVII, pero ya no vivirá Descartes para participar de ello.
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