Notas al contexto de la filosofía española

miércoles, 25 de marzo de 2009

María Zambrano en los años 20Image via Wikipedia

Anotaciones al contexto de la filosofía española.

Josué Castillo --25 de Marzo de 2009



No hay que maravillarnos tanto de la “genialidad” del pensamiento hispánico (empezando por que a estás alturas es difícil pensar en genios... el genio y el talento están sobrevalorados) pues esa “genialidad” no es más que fruto de azares más que de una visión profética o premonitoria. No hay que olvidar que fueron varios eventos (azarosos) los que hicieron que en España reinara otra episteme distinta a la que ya dominaba Europa.


Estos hechos (azarosos) hicieron que España desarrollara una episteme distinta a la europea... Tenemos entonces culturas distintas, regiones distintas y, por tanto, epistemes distintas... condiciones de posibilidad distintas que convierten a España en uno de los Gran Otro del Canon Europeo.


Quiero regresar a uno de los “hechos azarosos” que pueden darnos una pista del por qué del distanciamiento intelectual entre Europa y España, esté tiene que ver con el desarrollo económico. Dejando de lado, por ahora, otras situaciones que también tuvieron que ver como el contacto con culturas orientales y la influencia de la religión católica.


Sobre el punto que me interesa comenta el filósofo Feinmann1: Que el atraso (económico) que sufrió España se debe en gran medida a que tardo en adoptar el capitalismo industrial, pues consumían lo que saqueaban de sus colonias, lo usaban para vivir, sin procurar la inversión de eso en industria, caso contrario con sus competidores que convirtieron gran parte del saqueo en capital e industria.


¿Qué consecuencias tiene esto para el pensamiento español?


Una consecuencia directa; quizá no la encontraremos, sin embargo; podemos ver que esto afecta al modo de vida español que, a su ves, tiene consecuencias con el pensamiento y sienta las bases de una episteme jovial alejada de las pretensiones progresistas de el resto de Europa. Pues mientras el resto se preparaba para el Gran Salto Industrial, en España se cayó en la despreocupación, en el atraso económico, pues, ¿Para qué preocuparse por los demás si España tiene la mayor fuerza naval del mundo conocido? ¿Para que preocuparse por industrializar si España tiene sus minas de oro y fuente de mano de obra barata al otro lado del mundo? ¿Para qué preocuparse cuando podemos cantar, baila y beber? Bien, sabemos lo que paso: la fuerza naval inglesa supero a la de la corona española, sabemos que, poco a poco, España se fue quedando sin dominio en las americas, perdiendo así, sus fuentes de materia prima, oro y renombre.


Quizá me aventuro demasiado (y me arriesgo a escucharme como un agrío marxista) pero, teniendo esto en cuento, ¿No podríamos al menos insinuar que el desarrollo y dominio de esa Razón Moderna, Lógica, fría y alienante depende y tiene consecuencias externas a lo meramente teórico? Quizá en la teoría no podamos encontrar evidencia alguna, más en la práctica y, a través de un estudio arqueológico (En sentido foucaultiano) podemos encontrar relación entre el logos moderno y la tekné que aliena al hombre.


Es casualidad pues, que en los primeros países industrializados se le haya dado la espalda al pathos para abrazar una Razón (LA Razón) fría (Que ve en el trabajo y la tekné la única forma de superación del hombre2), mientras que en los países con tekné más primitiva, como es el caso de España, se le siga manteniendo más alta estima a los romances, el teatro y la poesía?


Esté dulce aire primitivo español cautivará a los hombres de otras naciones, especialmente a los que vienen de los países industrializados como Paul Lafargue, quien sobre el estatus de España en comparación con el resto de Europa menciona:


En la sociedad capitalista, el trabajo es la causa de toda propensión a la degeneración intelectual del individuo, de toda degeneración orgánica (...). Cuando en nuestra civilizada Europa uno quiere encontrar algún rasgo de de belleza nativa del hombre, ha de ir a buscarlo a naciones donde los prejuicios económicos (se refiere al amor por el trabajo) aún no han extirpado la aversión al trabajo. Por ejemplo España que ¡Vaya!, degenera -eso dicen- y que sin embargo, puede enorgullecerse todavía de poseer menos fabricas que nosotros prisiones o cuarteles. Allí el artista se regocija admirando al intrépido andaluz tostado como las castañas, que se mantiene erguido y flexible cual vara de acero; allí el corazón del hombre se estremece al escuchar a un mendigo, magníficamente arropado con su capa, trata de amigo a los duques de Osuna. Para el español, en quien el animal primitivo no está atrofiado, el trabajo es la peor de las esclavitudes3


También cabe mencionar el caso peculiar de Prosper Merimée, ese aristócrata francés al que le vasto una sola visita a España para, casi renegar de su herencia francesa, para nutrirse de las letras y la vida española. Logrando (quizá parcialmente) ese retrato del pathos español que hoy conocemos como Carmen4.


Bien hemos visto como Europa, como en un pacto con Saturno, sacrifico el pathos en nombre del progreso; apostando así, todo a la razón creadora de sistemas. Mientras España... la patética España “degenero” en literatura, verso y teatro... Está “degeneración”, está diferencia se mantuvo hasta los días del filósofo de Salamanca y la Malagueña pues la razón nunca pudo desplazar completamente a la ciencia jovial... España es uno de esos caso curiosos en los que la limitación y normalización del discurso no tuvo los efectos devastadores que podemos encontrar en otros lugares (El positivismo de Comte y el porfiriato es un ejemplo digno de citar).


Ahora, tomando en cuenta que las tradición Europea y la tradición Española se desarrollan bajo distintas condiciones de posibilidad (epistemes) y, por lo tanto, cuentan con un distinto arsenal para abordar la problemática filosófica ¿Es posible acerca e, incluso, considerar a la tradición del saber español dentro LA Historia de LA Filosofía? Sí, desde luego; más es preferible estudiar a la filosofía española dentro de sus condiciones de posibilidad particulares. Pues incluir a la filosofía española dentro del Gran Canon de LA Historia implicaría, entre otras cosas.

  • Quitarle su identidad a la filosofía española, despojándola de sus situaciones e historia particular.
  • Mantener esta idea masturbatoria e idealista de que en LA Historia hay lugar para todos, continuidad y superación.
  • Centralizar a la filosofía española implicaría hurtarle su cualidad rizomática...


[Inserte un comentario irónico, una denuncia contra los sistemas de normalización, otro comentario irónico, una promesa de tratar más a fondo el tema en el futuro y un conclusión provisional pseudo profesional aquí]

1haciendo referencia al capítulo XXIV sub sección 6 del libro primero del capital

2Nombres como Malthus, Smith y Bentham nos deberían de sonar bastante familiares en esté contexto.

3“El derecho a la pereza”, Paul Lafargue. Grijalbo 1970

4 “Carmen” de Prosper Merimée


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